Cómo hacer una monografía
Alberto F. Roldán
INTRODUCCIÓN
Frecuentemente se da la situación en la que un profesor solicita a sus alumnos la redacción de una monografía, dando por sentado que ellos ya saben cómo hacer el trabajo. Sin embargo, en general, en el nivel de estudios secundarios y a veces terciarios, no se proveen de las herramientas básicas para la tarea. Los estudios teológicos tampoco escapan a esta realidad. Es por ello que, con el fin de solucionar el problema, a continuación ofrecemos las nociones básicas para que el alumno sepa COMO HACER UNA MONOGRAFIA.
1. ¿QUE ES UNA MONOGRAFIA?
Se puede definir como la redacción de un tema específico de una ciencia o campo del conocimiento. En el ámbito de los estudios teológicos puede ser sobre: Biblia, teología sistemática, evangelización, misión, pastoral, etc.
2. ¿QUÉ PASOS HAY QUE DAR?
2.1. Elegir el tema.
Este es el primer paso. Es muy importante porque de él depende en gran medida el éxito y valor del trabajo a realizar. Si la monografía no es solicitada específicamente por el profesor, entonces es el alumno quien debe elegir el tema. En tal caso, ¿cómo proceder?
Sugerimos varios caminos a seguir.
2.1.1 Examinar experiencias personales. Por ejemplo si la monografía es sobre pastoral, nos puede interesar saber cómo aconsejar a matrimonios con problemas. Si fuera en el campo de la misión, nos interesaría averiguar por qué cierta iglesia cristiana define la misión de la Iglesia de determinada manera. 2.1.2 Averiguar qué temas se han investigado recientemente sobre el campo asignado. Para ello podemos recurrir a revistas especializadas sobre la misión o sobre el trabajo pastoral.
2.1.3 Pensar sobre las necesidades de la Iglesia. ¿Cuáles son los problemas actuales que la afectan? ¿En qué temas se observa un déficit marcado en cuanto al conocimiento?
2.1.4 Dialogar con profesores o especialistas en el campo a investigar: Biblia, pastoral, misión, etc.
Para elegir el tema hay que tener en cuenta varios factores: el interés personal y general sobre el mismo, la utilidad del trabajo a realizar y las fuentes de información que estén a nuestra mano. No es aconsejable que nos embarquemos en una investigación para la cual no dispongamos de las fuentes de información o para la que no encontremos bibliografía suficiente.
3. ¿CÓMO LIMITAR EL TEMA?
Tan importante como la elección del tema es su limitación. Si no ajustamos bien el tema no sabremos adónde apuntamos ni tampoco sabremos cuándo terminaremos. De mayor a menor se trata de:
Tema general
Sub-tema
Monografia
Ejemplo: Tema general: el espiritu santo
Sub-tema: el Espíritu Santo en el evangelio de juan
Monografía: obra del espiritu santo segun el discurso de jesús en Juan 16.
Ejemplo: Tema general: el divorcio
Sub-tema: el divorcio en la Biblia
Monografia: en divorcio en la enseñanza de Mateo 19.1-12
Ejemplo: Tema general: familia
Sub-tema: crisis familiar
Monografia: la crisis familiar en los barrios periféricos del gran Buenos Aires
4. HACER UN BOSQUEJO TENTATIVO
Escribir una monografía, elaborar un trabajo de investigación o escribir una tesis es como edificar una casa. Lo primero que tenemos que hacer es contar con el terreno y luego tener una idea aproximada del espacio que queremos construir: 2 o 3 dormitorios, cocina, living, etc. El bosquejo tentativo sería una especie de plano de construcción que nos da el marco general del trabajo a realizar. Luego, vamos levantando las paredes, que serían los contenidos propios de cada parte. En realidad, el producto final (la casa terminada) no sabemos realmente como va a quedar. En la última parte de la construcción se nos puede ocurrir cambiar la fachada del edificio y ponerle piedra en lugar de ladrillo visto. Así sucede con la monografía, lo primero que necesitamos, después de elegir el tema y delimitarlo es hacer un bosquejo o esqueleto básico.
En ese bosquejo tenemos que poner divisiones mayores del tema y divisiones menores. Estas últimas, sólo en el caso de que se nos ocurriera, ya que a esta altura del trabajo es difícil que tengamos tantos datos como para hacer esas divisiones menores.
5. RECOPILAR INFORMACIÓN
En esta etapa de la tarea nos dedicamos a reunir información sobre el tema a tratar. Para ello recurrimos a:
5.1. Archivos de bibliotecas
5.2. Bibliografías sobre el tema a estudiar
5.3. Hojear revistas que traten el tema
5.4. Observar artículos en diccionarios y enciclopedias
5.5. Consultar a profesores o especialistas en la materia
5.6. Hacer un listado de personas a las cuales podríamos entrevistar para recabar información, en el caso de que la modalidad de la monografía lo permita. Por ejemplo si se trata de un estudio histórico de una denominación, debemos pensar en personas que tuvieron relación directa con los fundadores de la misma.
OBSERVACIÓN: Siempre que es posible, hay que recurrir a fuentes primarias. Por ejemplo en Historia de la Iglesia, si vamos a citar a Eusebio de Cesarea, es preferible citar directamente de su obra Historia eclesiástica, y no de citas indirectas que Justo González u otro historiador hagan de esa obra original. Lo mismo sucede con autores como Agustín de Hipona (ej. La ciudad de Dios), etc.
6. PREPARAR FICHAS O APUNTES
Este paso consiste en leer las fuentes disponibles, haciéndolo con criterio, es decir, siguiendo ciertas pautas básicas:
6.1. Extractando el contenido que deseamos utilizar.
6.2. Resumiendo el contenido en nuestras propias palabras.
6.3. Escribiendo críticas breves que no queremos olvidar a la hora de redactar la monografía.
OBSERVACION: Cuando las citas que extraemos del contenido son directas, hay que copiarlas entre comillas y con exactitud, sin agregar ni quitar nada. Si deseamos omitir alguna oración de la cita que extraemos tenemos que colocar el siguiente signo entre corchetes: [...] y luego continuar la cita.
7. ORGANIZAR LOS DATOS RECOGIDOS
Ahora corresponde organizar los contenidos extraídos. Para ello, tenemos que revisar y ampliar el bosquejo tentativo y colocar claves de las citas que queremos hacer en cada una de las subdivisiones del bosquejo.
Ej. La obra del Espíritu Santo en Juan 16.
1.1 Convence de pecado. Cit. Hendriksen, Comentario a Juan, pp. 76-78; Nuevo Comentario Bíblico, p. 679; sig. de “convencer” o “redargüir”, Diccionario del N.T, p. 459.
1.2 Guía a la verdad. Ver José Martínez, La obra del Espíritu en la Iglesia, p. 213.
8. ESTRUCTURA DE LA MONOGRAFIA
Toda monografía tiene una estructura que consiste en:
8.1. Portada: donde va el título, el autor, a quien es presentada, la materia a la que corresponde, la facultad o seminario, la ciudad y la fecha (ver ejemplos en apéndices).
8.2. Introducción: donde se indica el tema, el propósito, circunstancias que llevaron a elegirlo, lo que se quiere demostrar y otros elementos que tienen que ver con aspectos introductorios del tema.
8.3. Indice: títulos y subtítulos con las páginas donde comienzan.
8.4. Cuerpo: donde se desarrolla el tema.
8.5. Conclusión: la página o las páginas donde se remata el trabajo y donde se resume la investigación sin agregar nuevos datos.
8.6. Notas: Si las notas con citas de las obras, comentarios, etc. no son ubicadas al pie de página, son escritas después de la conclusión bajo el titulo NOTAS. Cada nota lleva un número correlativo.
IMPORTANTE: Todo contenido o pensamiento que no sea nuestro, debe ser consignado como cita directa del autor que hemos consultado. De otro modo estamos plagiando contenidos los que hacemos pasar como propios. Cuando la cita que consignamos es breve (hasta tres renglones) van en el mismo texto de la monografía, entre comillas. Si la cita tiene más de tres renglones, va aparte, con sangría de 4 espacios y a un renglón, mientras el texto de la monografía se escribe en páginas de tamaño carta y a DOBLE ESPACIO.
8.7. Apéndices: Para el caso cuando ciertos aspectos de la monografía no los hemos ubicado dentro del texto porque nos parecía que no correspondía en ese lugar. Ejemplo: “El divorcio según los padres de la Iglesia”, podría ser un apéndice para el tema: “El divorcio en las enseñanzas de Jesús en Mateo 19.”
8.8. Bibliografía:
La bibliografía debe incluir todas las obras consultadas realmente, citadas o no citadas directamente en el trabajo. La bibliografía debe hacerse con apellido y nombre del autor, título subrayado o en cursiva, ciudad donde se editó la obra (si es una edición segunda, tercera, cuarta, etc. debe consignarse), editorial, año de edición. Para quienes usan PC, en Word: <Fromato> <Párrafo> <Sangría especial> <Sangría francesa>. Esto permite una mejor visualización de los apellidos, que aparecen sin sangría.
Ej.
BRIGHT, John. La historia de Israel, 5ta. ed., trad. M. Villanueva, Bilbao: Descleé de Brouwer, 1970.
NEILL, Stephen. El anglicanismo,trad. José Luis Lana, Madrid: Iglesia Española Reformada Episcopal, 1986.
SOMOZA, Ana. Aprendiendo a enseñar la Biblia, 3ra. ed., Buenos Aires, Publicaciones Alianza, 1999.
Nota: en la bibliografía final no se consignan páginas de libros completos (solo las páginas de artículos de revistas o secciones de un libro de varios autores o con un compilador).
En el caso de las citas textuales, introducidas en el cuerpo de la monografía, debe procederse así:
Si la cita es menor a tres líneas, debe hacerse entre comillas, y hacer la llamada a nota al pie (o al final) al terminar las comillas.
Si la cita es mayor a tres líneas, debe hacerse así: dejar un espacio libre luego de la última palabra del autor de la monografía. Escribir la cita textual dejando un espacio de sangría desde el margen izquierdo. Al terminar la cita, hacer la llamada a la nota al pie (o al final) y dejar un espacio libre (una línea en blanco) para continuar con la redacción propia del autor de la monografía (Ud.).
En ambos casos, en la nota, consignar, en este orden: Nombre y Apellido del autor, título de la obra en cursivas o subrayado, ciudad, año de edición que se está citando, página de la que se extrae la cita textual.
Nota: observe que en el caso de la Bibliografía Final, el autor se escribe en orden “Apellido, Nombres”. No así en el caso de las notas al pie, donde se escribe “Nombre y Apellido”. Los datos bibliográficos deben citarse en el orden dado.
Por ejemplo:
Por su parte Bruno Secondin comenta:
Para muchos la palabra “espiritual” sigue evocando algo inmaterial, vitalista o, a lo sumo, experiencial – hecho de imaginación, simbología, metáforas y silencios, y sobre todo, de “rarezas” e histerismos-, que escapa a las exigencias de una racionalidad moderna. [1]
En el caso de una obra escrita por varios autores se puede utilizar la abreviatura AA.VV. (=autores varios). En el caso de obras compiladas por un autor, pero que incluyen artículos o capítulos de otros autores, se consigna, por ejemplo (en la nota al pie):
John Yoder (compilador), Textos escogidos de la reforma radical, Buenos Aires, La Aurora, 1976.
[1] Bruno Secondin, Espiritualidad en diálogo, trad. Juan Padilla Moreno, Madrid: San Pablo, 1999, p. 24.
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